Este informe, aprobado por el Comité Científico Asesor de Seguridad Alimentaria de la ACSA, recopila los conocimientos actuales con respecto a la presencia de microplásticos y nanoplásticos en la cadena alimentaria y sus posibles efectos sobre la salud humana.

Los conocimientos sobre presencia, exposición y toxicocinética de los microplásticos es muy limitado, con múltiples incertidumbres y pocos estudios completamente fiables, que utilizan métodos y herramientas distintos para muestrear y analizar partículas de microplásticos.

En el caso de los nanoplásticos, estas incertidumbres todavía son mayores, y faltan datos para poder realizar una evaluación de riesgos.

Con los limitados datos disponibles actualmente, el informe afirma que no se prevé que las partículas de microplástico ingeridas por alimentos, comporten un riesgo inminente para la salud de los consumidores.

También apunta, que la falta de datos hace que cualquier evaluación del riesgo del consumo de alimentos que contienen microplásticos esté sujeto a serias limitaciones.

Con todo ello, lista una serie de incertidumbres, hacia las que se pueden destinar los esfuerzos investigadores, de las instituciones que velan por nuestra Seguridad Alimentaria.

INCERTIDUMBRES

Microplásticos

  • Faltan datos toxicológicos sobre los efectos de los microplásticos como tales para evaluar el riesgo en el ser humano.
  • Existe falta de información sobre los efectos locales de los microplásticos en el tubo digestivo o sobre la microbiota.
  • La información disponible sobre la absorción intestinal y la distribución de las partículas de microplásticos en el organismo es muy limitada. La absorción es menor para las partículas mayores y prácticamente nula por encima de 150 µm, pero no existe bastante información cuantitativa ni sobre los mecanismos implicados, el efecto de su forma y composición. Prácticamente no existe información disponible sobre el metabolismo y excreción.
  • Existen pocos métodos disponibles para su identificación y cuantificación en alimentos. Debe señalarse que los métodos descritos para la degradación de la materia biogénica también degradan parcialmente los plásticos, por lo que presentan inconvenientes para la medición de la cantidad de plásticos.
  • Los datos sobre la presencia de microplásticos en alimentos son escasos. Los datos disponibles se refieren a pescados, bivalvos, crustáceos, y solo se disponen de algunos datos puntuales en otros alimentos como la miel, cerveza y sal.
  • Los principales aditivos de los plásticos y contaminantes adsorbidos para los que se dispone de alguna información son ftalatos, bisfenol A, PBDE, HAP y PCB. Faltan datos sobre otros contaminantes químicos.
  • No existen datos sobre cómo afectan a los procesos como la cocción o el horneado de los alimentos sobre el contenido de microplásticos. Tampoco existen estudios sobre el destino de microplásticos o nanoplásticos durante el tratamiento de los productos del mar.

 

Nanoplásticos

  • Se desconoce si los microplásticos ingeridos pueden degradarse a nanoplásticos en el tubo digestivo.
  •  Los nanoplásticos pueden ser absorbidos, distribuidos y entrar en las células, pero se desconoce su biodisponibilidad y consecuencias para la salud humana.
  • Algunos nanomateriales han mostrado efectos tóxicos específicamente asociados a su pequeño volumen, pero no se pueden extrapolar directamente a los nanoplásticos. Los datos de toxicidad para nanoplásticos son básicamente inexistentes para realizar una correcta evaluación de riesgos para las personas.
  • No existen métodos de análisis para la identificación y cuantificación de los nanoplásticos en los alimentos, por lo que faltan datos sobre la presencia en alimentos.

Se espera que la presencia de microplásticos en los alimentos siga creciendo (por la fragmentación de los plásticos presentes y la incorporación de más plásticos en el medio ambiente), aún más, si no se toman medidas para limitar el uso de estos materiales, por lo que este Riesgo tendría que ser reevaluado con cierta asiduidad.