La Seguridad Alimentaria figura como la tercera prioridad medioambiental para el siglo XXI, según el Programa para las Naciones Unidas del Medio Ambiente.

En un informe recientemente publicado se alerta de la necesidad de hacer frente a una serie de desafíos, que de no ser atajados podrían tener consecuencias como el aumento de hambre y malnutrición, el agotamiento de los ecosistemas marinos, una mayor amenaza por las enfermedades zoonóticas y por otro tipo de contaminación de los alimentos.

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