Según una publicación de la Univesidad de Wageningen (Países Bajos), varias investigaciones sobre brotes de Fiebre Q ocurridos en Holanda durante el período 2006-2010, demostraron que existe una relación espacial entre granjas de cabras contaminadas por la Fiebre Q y la incidencia de la enfermedad entre los humanos.
Como era de esperar, enfermaron más personas en las proximidades de las granjas contaminadas que las que viven a una distancia de estas. Pero investigadores de esta Universidad observaron que la infección de personas que viven en la vecindad de granjas de cabras sólo podía explicar la contaminación por fiebre Q en poco más de 50 % de los casos.
Por este motivo, se ha llevado a cabo otra investigación publicada en PLOS one: «La aplicación de estiércol de cabra en terrenos como fuente de infección de Fiebre Q en humanos en Holanda (2006-2010)», que muestra que el estiércol juega un importante papel en la transmisión de la Fiebre Q a humanos, ya que puede estar contaminado hasta un máximo de 3 meses después del parto.
Las investigaciones realizadas muestran que el pico de aparición tardía en invierno fue seguido por un pico en aplicación de estiércol en el comienzo de la primavera. En mayo, un mes después de la aplicación de estiércol, la incidencia de la enfermedad entre los humanos alcanzó su punto máximo. El tiempo entre la aplicación de estiércol y el pico en el número de personas enfermas corresponde con el período de incubación de la Fiebre Q.

Además, la incidencia en torno a las parcelas con estiércol contaminado fue relativamente mayor que alrededor de las parcelas con estiércol no contaminada, y más gente se enferma alrededor de las granjas contaminadas con su propia tierra, que alrededor de las granjas contaminadas y sin su propia tierra (que tienen que disponer el estiércol en otro lugar).
Por tanto, según estos estudios, la aplicación del estiércol contaminado juega un papel importante en la propagación de la Fiebre Q.