A pesar de que fue en Abril de 2002 cuando se detectaron elevadas concentraciones de acrilamida en alimentos, por el momento no se han esclarecido totalmente los efectos de este compuesto en la salud humana. Por este motivo, el Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos (BfR) ha analizado toda la información disponible hasta la fecha, y ha realizado una estimación de la exposición con los datos actuales de contenido en acrilamida y de consumo de alimentos.

Tras el análisis de varios estudios toxicológicos, epidemiológicos y de estimación de la exposición, el BfR concluye que: :

  • No hay suficientes conocimientos sobre los efectos carcinogénicos de la acrilamida. A pesar de que se ha demostrado sus efectos genotóxicos y carcinógenos en ratones, no se ha logrado hallar el umbral tóxico para el ser humano.
  • La relación ingesta de acrilamida y cáncer no puede ser ni asumida ni excluida, ya que los estudios epidemiológicos que existen no son consistentes.
  • Para estimar la ingesta real de acrilamida sería más interesante realizar las estimaciones a partir de biomarcadores en sangre y orina, más que teniendo en cuenta el contenido de acrilamida en los alimentos y su consumo.

Igualmente, el BfR ha estimado la exposición de la población alemana a la acrilamida, concluyendo que al consumir mucha cantidad de alimento con altas concentraciones de acrilamida puede existir un pequeño riesgo para la población, que no debe ser descartable.

Finalmente, el Instituto recomienda que los esfuerzos se centren en reducir las concentraciones de acrilamida en los alimentos procesados y que los consumidores eviten el consumo de los alimentos muy tostados, ya que es donde mayores concentraciones de acrilamida se pueden encontrar. También recomiendan seguir las indicaciones de los envases de los productos.

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