FAO y OMS han publicado el informe conjunto de la reunión de expertos sobre intoxicación por ciguatera, celebrada en Roma del 19 al 23 de noviembre de 2018. El informe incluye una evaluación del Riesgo de Ciguatoxinas conocidas hasta el momento, incluyendo la identificación del peligro y la evaluación de la exposición, así como su distribución geográfica, congéneres y métodos de detección de estas toxinas.

En la elaboración de este informe han participado expertos del proyecto EuroCigua, coordinado por la AESAN y cofinanciado por EFSA, en el que participan 14 instituciones de 6 Estados miembros, y cuyo objetivo es la caracterización del riesgo de la ciguatera en Europa.

Antecedentes

En 2015, la FAO organizó una reunión interinstitucional para estudiar la intoxicación por ciguatera como una amenaza creciente para la Seguridad Alimentaria. En dicha reunión se definió un plan de acción y se determinó la necesidad de asesoramiento científico a nivel internacional y de elaboración de una estrategia de gestión de riesgos a nivel mundial.

En 2016, el Comité del Codex sobre Pesca y Productos Pesqueros planteó esta intoxicación como una enfermedad que afectaba cada vez más a más regiones del mundo. Los expertos constataron que, debido al cambio climático, la frecuencia de las tormentas y los huracanes está aumentando, al igual que la temperatura de la superficie del mar, lo que afecta a la distribución y proliferación de algas tóxicas generadoras de ciguatoxinas (CTX). Además, la globalización del comercio también contribuye a la propagación de las ciguatoxinas. Por ello, concluyeron que era necesario informar y asesorar a aquellos países que anteriormente no han considerado las CTX en sus programas de gestión de riesgos.

Evaluación del Riesgo

En todo el mundo, se estima que las ciguatoxinas causan alrededor de 50 000 casos de intoxicación por peces con ciguatoxinas anualmente; Los efectos neurológicos pueden durar semanas o incluso años y el 1% de estos casos son fatales.

Aunque los datos en personas permitieron la identificación de un LOAEL de 50 pg / kg de peso corporal CTX1B, las incertidumbres observadas no permiten la derivación de una dosis de referencia aguda en la presente evaluación. Así mismo, los datos disponibles no proporcionan una base adecuada para la evaluación de la exposición alimentaria aplicable a nivel nacional o internacional.

Por ello, los datos en los que se basa la presente evaluación provienen de áreas endémicas donde no se pueden excluir exposiciones múltiples.

La concentración más baja medida en peces del Caribe asociados con síntomas en personas se determinó a aproximadamente 0,02 µg / kg CTX1B-equivalentes. Dependiendo de la cantidad de consumo de pescado, este nivel de toxina puede equivaler a una exposición dietética de 33–340 pg / kg pc equivalentes CTX1B para porciones de 100-1.000 g.

No hay evidencia que sugiera que la susceptibilidad de los niños a los efectos de CTX sea diferente de la de los adultos. Sin embargo, la ingesta de los niños es superior por la relación con su peso corporal, lo que puede aumentar su riesgo de intoxicación por ciguatera por el consumo de pescado contaminado con CTX, en comparación con los adultos consumiendo el mismo pescado.

Gestión del Riesgo

Teniendo en cuenta las lagunas científicas existentes en la actualidad, no fue posible completar una evaluación completa del riesgo. Sin embargo, los expertos han aprovechado el conocimiento existente y las prácticas tradicionales de las áreas endémicas de ciguatera, para ofrecer algunas consideraciones de gestión de riesgos para aquellas regiones en las que está aumentando la incidencia de dicha enfermedad:

  • Establecer y / o fortalecer programas de vigilancia y protocolos de evaluación de riesgos
  • Establecer un diseño de muestreo cuidadoso para identificar las especies afectadas
  • Vigilancia de la transmisión de ciguatera en la cadena alimentaria
  • Definición de las especies objetivo clave
  • Buenas prácticas en el sector pesquero
  • Campañas de sensibilización y comunicación dirigidas a las personas consumidoras.

Los expertos señalan que, reconociendo la fuerte influencia de las circunstancias regionales y locales en la aparición de los organismos así como en la producción de las toxinas, cualquier conclusión debe considerarse solo de importancia local o regional, y se debe tener cuidado al transferirlos a otras áreas.