Las Evaluaciones de Riesgo requieren una exhaustiva recopilación de evidencias científicas, que a su vez conllevan una serie de incertidumbres, que es imprescindible esgrimir. El Comité Científico para los Nuevos Riesgos Identificados o Emergentes para la Salud (SCENIHR) de la Comisión Europea ha publicado un documento en el que explica cómo se manejan en estos términos, para que las partes interesadas puedan entender mejor sus informes.

La primera fase en toda evaluación de riesgos es la identificación y selección de publicaciones relevantes, para después ponderarlas para su aplicación en el análisis de riesgos. Se hace necesario, por tanto, enfrentar los criterios de calidad y de relevancia para el desarrollo de la opinión. Como consecuencia, tendremos publicaciones que no cumplan los criterios de calidad y que se descarten, y publicaciones que cumplan los criterios de calidad, pero que será necesario considerar su relevancia. Las publicaciones de calidad suficiente y relevantes para el desarrollo de la opinión serán las que aparezcan en la lista de referencias.

Una vez seleccionadas las evidencias científicas, habrán de integrarse en un resultado final claro y consistente. Es imprescindible dejar constancia en la evaluación del nivel de evidencia científica y de incertidumbre, para lo que el Comité Científico propone la siguiente clave de categorización:

  • Fuerte: Evidencia coherente para los humanos y para los animales, con ausencia de conflicto de evidencias.
  • Moderada: Evidencia significativa, pero con lagunas importantes de información
  • Débil: Baja evidencia científica.
  • Incierta: Información contradictoria
  • No hay videncia: falta de pruebas disponibles

Documento SCENIHR