La ACSA ha publicado los resultados de la Evaluación del riesgo de cobre, enmarcados en el Estudio de Dieta Total de 2015, que tiene por objetivo evaluar el riesgo para la salud de la ingesta de trece elementos químicos traza presentes en alimentos: aluminio (Al), antimonio (Sb), bario (Ba), bismuto (Bi), cobre (Cu), cromo (Cr+3), estroncio (Sr), germanio (Ge), manganeso (Mn), níquel (Ni), molibdeno (Mo), selenio (Se) y cinc (Zn).

En este estudio se han procesado un total de 3.120 muestras individuales procedentes de 12 grupos de alimentos: carne y derivados, pescados, vegetales, tubérculos, frutas, huevos, leche, derivados lácteos, pan y cereales, legumbres, grasas y bollería.

En este primer capítulo, se ha evaluado el riesgo del cobre, mineral traza esencial para los seres humanos debido a que es necesario para el crecimiento del cuerpo, para el buen mantenimiento del sistema inmunitario y óseo, para el transporte de hierro y para el metabolismo del colesterol y de la glucosa.

Los resultados muestran que los niveles más elevados de cobre en los alimentos se encuentran en las legumbres, seguidos por el pan y los cereales.

La ingesta estimada de cobre a través de los alimentos para las personas adultas es de 1.351 µg/día. Las aportaciones más significativas en la dieta provienen del pan y los cereales, con 528,0 µg/día, y de las verduras y hortalizas, con 159,8 µg/día. La ingesta máxima estimada de cobre a través del agua de consumo de Barcelona es de 80 µg/día (0,08 mg/día), considerando un consumo de dos litros de agua al día para un hombre adulto.

La estimación de la ingesta diaria para todos los grupos de población está por debajo del valor de la ingesta diaria máxima tolerable provisional del JECFA (500 µg/kg p.c/día) y de la ingesta máxima segura de la EFSA (160 µg/kg p.c/día).

En la estimación se ha tenido en cuenta la cantidad de cobre que se ingiere a través del agua de la ciudad de Barcelona, cuyo contenido es muy bajo (2%) en relación con el contenido máximo fijado en el Real decreto 140/2003 (2mg/l). En caso de que el contenido de cobre presente en el agua de consumo fuera el máximo, entonces, la ingesta diaria se situaría alrededor de la ingesta tolerable máxima establecida por la EFSA.

Asimismo, los resultados evidencian que la ingesta estimada para los diferentes grupos de población cubre los requerimientos de ingesta como micronutriente establecidos por la EFSA y, por tanto, no hay riesgo para la salud debido a una deficiencia.

Estudio de Dieta Total- Cobre en alimentos