Tras analizar la gestión de la crisis alimentaria provocada por el brote de E. coli verotoxigénica ocurrida principalmente en Alemania en el año 2011, la Comisión Europea ha publicado un documento que identifica posibles medidas para prevenir brotes similares o para limitar su tamaño, así como para estar mejor preparados para hacer frente a los brotes de origen alimentario en general. El documento también recoge medidas necesarias para fortalecer la coordinación entre las autoridades de salud y de seguridad alimentaria, y entre evaluadores, gestores y comunicadores del riesgo.

Las medidas propuestas son las siguientes:

  • Fortalecer las capacidades de la UE para garantizar la protección de los ciudadanos contra las amenazas de salud que puedan cruzar las fronteras.
  • Concienciar de la necesidad de una mejora de la higiene en los alimentos de origen no animal, incluida la producción primaria y la importación, y de una mejor aplicación de las disposiciones de higiene existentes.
  • Mejorar la preparación a través de ejercicios prácticos regulares en los que participen todos los actores clave en un brote
  • Respetar las responsabilidades y la participación de todos los competentes en la gestión del brote
  • Mejorar la coordinación y la claridad en la comunicación
  • Mejorar las herramientas de intervención en el mercado y la promoción del producto para reducir el tiempo de reacción en el origen de la crisis para además limitar el impacto económico negativo en el sector de la UE
  • Fortalecer las iniciativas públicas y privadas que vinculen a los productores y a los consumidores para aumentar la conciencia y mejorar la comunicación y el conocimiento

El documento también recoge un análisis de lo que en términos económicos supuso este brote, que provocó la aprobación de un paquete medidas de ayuda de emergencia para los productores de hortalizas frescas de 210 millones de euros.

A través de la publicación de este análisis, la Comisión pone de manifiesto la necesidad de revisar las normas de trazabilidad, la puesta en marcha de programas de formación sobre gestión de brotes, la necesidad de actualizar los procedimientos de trabajo dotándolos de la suficiente flexibilidad y mejorar la coordinación de la comunicación en casos de crisis.

Lecciones aprendidas