El Instituto Nacional para la Salud Pública y el Medio Ambiente de los Países Bajos (RIVM) ha desarrollado un marco para ampliar el proceso de toma de decisiones con respecto a las normas de Seguridad Alimentaria, que incluye criterios diferentes a la inocuidad de los alimentos.

Para garantizar la Seguridad Alimentaria, a nivel internacional se establecen estándares que limitan la concentración máxima de contaminantes permitidos en los alimentos. Generalmente, estas normas se determinan en base a evaluaciones científicas de los efectos nocivos de dichos contaminantes presentes en los alimentos. Sin embargo, las consecuencias sociales y económicas que también afectan a las normas de Seguridad Alimentaria no siempre se tienen en cuenta de la misma manera.

Este nuevo marco propuesto por el RIVM, denominad SEATS, combina un análisis de costo-beneficio con preocupaciones sociales como la percepción del riesgo, las incertidumbres en la evaluación científica y la confianza de las personas consumidoras.

SEATS ha sido probado en dos casos de contaminantes químicos presentes en los alimentos, el plomo y los productos fitosanitarios, en los que se investigó el impacto de reducir el estándar de Seguridad Alimentaria. Estos dos casos han probado que esta metodología funciona bien para la determinación inequívoca y transparente de los estándares de Seguridad Alimentaria.