La OMS ha identificado el Plomo como uno de los diez productos químicos de mayor preocupación para la salud pública, por lo que considera necesario poner en marcha acciones para proteger la salud de los trabajadores, de los niños y de las mujeres en edad reproductiva.

Las principales vías de exposición a plomo proceden de la actividad industrial (minería, fundición, reciclaje, pinturas, gasolina, etc.), del agua y los alimentos y de algunos cosméticos y medicinas tradicionales. Los niños pequeños son especialmente vulnerables a dicho metal pesado, ya que su capacidad de absorción es mucho mayor, y afecta al desarrollo de su cerebro, provocando efectos neurológico irreversibles. También produce anemia, hipertensión, insuficiencia renal, inmunotoxicidad y toxicidad para los órganos reproductores.

A pesar de que no existen niveles de exposición de plomo que se consideren seguros, la OMS ha estimado que el envenenamiento por plomo se puede prevenir, por lo que está trabajando en la elaboración de directrices sobre la prevención y tratamiento de la intoxicación por plomo, que proporcionará a los responsables políticos, a las autoridades de salud pública y a los profesionales de la salud una orientación sobre las medidas que se pueden adoptar para prevenir su exposición.

Algunas medidas ya se han puesto en marcha los últimos años, como la eliminación de plomo de la gasolina en la mayoría de los países, que ha dado lugar a una disminución significativa de la exposición a plomo a nivel mundial. Otra medida global en la que se está trabajando es la eliminación gradual de la fabricación y venta de pinturas que contienen plomo.

Revisión Plomo OMS

Campaña de prevención del envenenamiento por Plomo OMS

Ficha ELIKA plomo