El JRC (Centro Común de Investigación), en colaboración con la DG-SANCO y los Estados miembros, ha realizado por vez primera una evaluación descriptiva de las políticas alimentarias escolares europeas dirigida a los responsables políticos, educadores e investigadores para que les ayude a evaluar su impacto sobre la salud pública.

Para ello, se han revisado las bases de datos públicas, informes a nivel europeo, webs nacionales ministeriales y la literatura científica para poder recopilar las políticas alimentarias oficiales escolares de los países europeos. Además, los representantes de los Estados miembros han revisado y confirmado los datos extraídos.

Entre los resultados generales se puede destacar que todos los países a estudio (28 Estados miembros de la UE, Noruega y Suiza) tienen guías para la alimentación escolar, aunque varían considerablemente. Dichas medidas nacionales encaminadas a promover una alimentación sana en los colegios de educación primaria y secundaria van desde directrices voluntarias, para los menús y los tamaños de las porciones, hasta la prohibición en la comercialización de máquinas expendedoras, y venta de bebidas azucaradas. Las normas obligatorias se definen tan sólo en 18 de las políticas (53%), el resto ofrecen directrices voluntarias.

Los 3 objetivos prioritarios de las políticas alimentarias consisten en: mejorar la nutrición infantil (97%), promover hábitos de la dieta / estilo de vida saludable (94%) y reducir / prevenir la obesidad (88%). La mayoría (90%) se basan en normas alimentarias para garantizar menús equilibrados; el 76% orienta sobre el tamaño de la ración y el 68% recomienda pautas basadas en nutrientes para la comida.

Tras la elaboración de dicho informe, el JRC establece que el siguiente paso será evaluar la necesidad y la viabilidad de guías de buenas prácticas para las políticas alimentarias escolares en Europa, teniendo en cuenta las diferencias culturales y estructurales entre los países.

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