La EFSA ha publicado los resultados de dos evaluaciones piloto sobre el riesgo que pueden ocasionar en los humanos la presencia de múltiples residuos de plaguicidas. Una de las evaluaciones considera los efectos crónicos en el sistema tiroideo, y la otra, los efectos agudos en el sistema nervioso. Ambas, surgen de una colaboración de varios años entre EFSA y el Instituto Nacional Holandés de Salud Pública y Medio Ambiente (RIVM).

Las regulaciones de la UE sobre plaguicidas en alimentos y piensos estipulan que los efectos acumulativos y sinérgicos de los pesticidas deben considerarse para la evaluación del riesgo dietético cuando las metodologías apropiadas están disponibles. También afirman que los residuos de plaguicidas no deberían tener ningún efecto dañino en la salud humana, teniendo en cuenta los efectos acumulativos y sinérgicos conocidos.

Por ello, la EFSA ha desarrollado metodologías para llevar a cabo la evaluación del riesgo acumulativo (ERA) de los residuos de plaguicidas en los alimentos. Se ha desarrollado un procedimiento para establecer grupos de evaluación acumulativa (GEA) de plaguicidas sobre la base de sus efectos toxicológicos comunes.

La EFSA utilizó datos datos provenientes de los controles oficiales de residuos de plaguicidas en los alimentos de 2014, 2015 y 2016, y datos de consumo de diez grupos de consumidores. Estos grupos fueron seleccionados para dar una extensión de áreas geográficas y rangos de edad:

  • Niños pequeños (Dinamarca, Países Bajos, Reino Unido).
  • Otros niños (Bulgaria, Francia, Países Bajos).
  • Adultos (Bélgica, República Checa, Alemania, Italia).

Las sustancias consideradas en las evaluaciones fueron identificadas por los expertos en plaguicidas de la EFSA utilizando una metodología especialmente diseñada para clasificar los pesticidas en «grupos de evaluación acumulativa» (GEA). Se establecieron GEA para cada uno de los cuatro efectos considerados en las evaluaciones piloto.

Para cada uno de los GEA, se llevaron a cabo dos evaluaciones de exposición simultáneamente, una por EFSA y otra por el Instituto Nacional Holandés para la Salud Pública y el Medio Ambiente (RIVM). Los dos GEA utilizados para la evaluación de la tiroides comprendieron, respectivamente, 124 y 18 sustancias activas; los otros dos GEA utilizados para el sistema nervioso comprendían, respectivamente, 100 y 47 sustancias.

La EFSA utilizó el concepto de margen de exposición combinada (MOET).

La conclusión general para ambas evaluaciones es que el riesgo del consumidor por exposición acumulativa en la dieta está; con diversos grados de certeza; por debajo del umbral que desencadena la acción reguladora, para todos los grupos de población analizados.