La AESAN ha publicado un procedimiento para la comunicación de riesgos dirigido a todas las partes implicadas en la cadena alimentaria, tanto para quien lleva a cabo la evaluación y gestión del riesgo, para la industria alimentaria, las personas consumidoras, como para los medios de comunicación y otras Autoridades competentes implicadas. Este documento pretende ser un marco de trabajo para ayudar a coordinar las tareas de comunicación del riesgo.


El objetivo final de la comunicación de riesgos es que toda persona expuesta a un riesgo sea capaz de tomar decisiones informadas para mitigar los efectos de la amenaza (riesgo) y tomar las medidas y acciones de protección y prevención. Para ello, se ha de comunicar a todas las partes interesadas a un nivel apropiado para la comprensión de cada audiencia.

Para facilitar su lectura e implementación, el documento se estructura en los siguientes apartados:

  1. Definición de la comunicación del riesgo, haciendo hincapié en la diferencia entre peligro y riesgo y destacando la necesidad de una comunicación eficaz del riesgo.
  2. Objetivos de la comunicación del riesgo, incidiendo en la importancia de tener claros los objetivos de la comunicación y los resultados que esperamos obtener y detallando una serie de cuestiones a considerar para establecer dichos objetivos.
  3. Determinación del tipo de audiencias potenciales, detallando los factores que influyen en la percepción del riesgo y analizando los tipos de audiencias potenciales según el tipo de comunicación a realizar, ya sean evaluaciones del riesgo (informes o dictámenes científicos) o cuestiones de gestión del riesgo (desarrollos normativos, estrategias de actuación, alertas o crisis alimentarias).
  4. Herramientas para la comunicación del riesgo, detallando las diferentes herramientas disponibles basadas en información, dialogo y participación. También se incluye una relación de diferentes herramientas de comunicación (noticias, notas de prensa, boletines informativos, reportajes, folletos, videos, infografías, podcast, aplicaciones para móviles, eventos, ruedas de prensa, etc.) detallando el objetivo de cada herramienta, la audiencia a la que se dirige y los canales de difusión que se deben utilizar para cada una de ellas.
  5. Canales de comunicación, diferenciando entre medios de comunicación tradicionales y redes sociales, analizando las características de cada una de estas últimas y su audiencia objetivo.
  6. Evaluación de la comunicación del riesgo, destacando la importancia de monitorear y evaluar todas las comunicaciones de riesgos de manera efectiva para ver cómo han contribuido en el logro de los objetivos previstos. Incluye, además, una lista de verificación para una buena comunicación de riesgos.