La Comisión Europea ha publicado un informe que establece una serie de medidas y acciones preventivas que deben adoptarse en todos los Estados miembro para mitigar los riesgos y vulnerabilidades que ponen en peligro las cadenas de suministro de alimentos.

El informe ha sido elaborado por el grupo de expertos sobre el mecanismo de preparación y respuesta ante las crisis de seguridad alimentaria (EFSCM) y presenta dos principios generales para mitigar los riesgos, diez medidas estructurales para reforzar la resiliencia a largo plazo de la cadena alimentaria y seis consejos para reforzar la preparación frente a futuras crisis.

Principios generales para mitigar riesgos

  1. Fomentar la colaboración y el intercambio de información, dado que la creación de confianza dentro de la cadena de suministro es esencial para abordar los riesgos de manera integral, promover un enfoque unificado de la gestión de riesgos y evitar efectos en cascada. El uso de plataformas para compartir información crítica relacionada con los riesgos y amenazas emergentes permitirán una respuesta colectiva a los nuevos desafíos.
  2. Desarrollar estrategias de preparación, mitigación y gestión de crisis con la participación activa de todas las partes interesadas, incluyendo a responsables políticos, actores económicos privados, personas expertas del mundo académico y organizaciones de la sociedad civil.

Medidas estructurales para reforzar la resiliencia

  1. Mejorar la resiliencia de la cadena de suministro de alimentos, en particular en la producción primaria, garantizando la sostenibilidad y competitividad frente a los riesgos ambientales, climáticos, sociales y económicos. En este contexto son claves instrumentos como la Política Agraria Común y la Política Pesquera Común.
  2. Promoción de prácticas de economía circular y sostenible dentro de la cadena de suministro de alimentos, como la gestión responsable de los recursos, las estrategias de reducción de residuos y el fomento de las dietas saludables y sostenibles.
  3. Diversificación de las fuentes de suministro para minimizar los riesgos asociados con la dependencia excesiva de fuentes únicas y orígenes geográficos, a la vez que considerar la organización de existencias estratégicas o mecanismos que ayuden a gestionar la volatilidad de productos básicos y materias primas críticas.
  4. Mejorar la resiliencia del transporte e infraestructuras.
  5. Mantenimiento del buen funcionamiento del mercado interior y de las organizaciones comunes de mercado.
  6. Fomento de la investigación y la innovación para mantenerse a la vanguardia de las amenazas emergentes a la cadena de suministro de alimentos y garantizar su adaptabilidad.
  7. Marcos regulatorios sólidos que protejan la integridad de la cadena de suministro de alimentos y que permitan a la vez adatarse a los riesgos y desafíos cambiantes.
  8. Invertir en digitalización y en el desarrollo de tecnologías innovadoras, como el blockchain, la robotización o la mejora en la recopilación y análisis de datos para la predicción de riesgos.
  9. Mejorar los mecanismos de apoyo financiero que aborden los desafíos a los que se enfrenta la cadena alimentaria.
  10. Promoción de la cooperación internacional, estableciendo estándares, directrices y protocolos para garantizar un flujo de bienes seguro y sin fisuras.

Consejos para prepararse ante crisis

  1. Establecer planes sólidos de preparación para crisis y contingencias en todos los niveles, con recursos suficientes para abordar eficazmente tanto los riesgos y vulnerabilidades como las necesidades de coordinación.
  2. Análisis de riesgos y ejercicios de simulación, que incluyan diversos escenarios de riesgo, teniendo en cuenta las alteraciones a corto plazo y los desafíos a largo plazo.
  3. Seguimiento continuo y mejora de los sistemas de alerta temprana, que permitan anticiparse y prepararse para posibles alteraciones de la cadena de suministro de alimentos.
  4. Creación de capacidad mediante formación, servicios de asesoramiento y aprendizaje permanente, implementando programas de formación continua y desarrollando habilidades para adaptarse a las tecnologías emergentes.
  5. Inversión en campañas de información y comunicación para la preparación ante las crisis, incluyendo campañas dirigidas al público en general, que eduquen sobre los posibles riesgos para la cadena de suministro de alimentos y promuevan medidas proactivas por parte de la ciudadanía.
  6. Mejorar los protocolos de comunicación en situaciones de crisis que garanticen una comunicación eficaz, para lo que deberán estar adaptados a las necesidades específicas de cada sector.