El Instituto Federal Alemán para la Evaluación de Riesgos (BfR), ha publicado un informe con el resumen de las principales acciones que ha llevado a cabo durante el año 2013. Entre los temas que más preocupan a la sociedad alemana y que se recogen en el informe se encuentran la leche infantil, los riesgos de los tatuajes para la piel, los alcaloides en infusiones y tés o las nanopartículas en textiles y plásticos…

A continuación destacamos los principales resultados de otros dos temas también abordados en el citado informe: las resistencias antimicrobianas y la presencia de metales pesados en la producción animal.

Resistencias antimicrobianas

  1. Los datos del año 2012 muestran que hay una clara variabilidad de la incidencia de resistencias entre las especies animales. Por ejemplo, los resultados de la investigación anual llevada a cabo sobre la resistencia de E. Coli (2009-2012) muestran que las tasas de aislamiento encontradas para especies como pollos, pavos, cerdos y vacas de engorde fueron significativamente mayores que las asiladas en especies como gallinas ponedoras o vacas de leche.
  2. Un dato preocupante es el aumento de las resistencias de E. Coli a las cefalosporinas de tercera generación y a las fluoroquinolonas, ya que son medicamentos utilizados en seres humanos.
  3. En el año 2013 se presentaron los primeros datos representativos sobre el uso de antimicrobianos en animales de producción de Alemania; para ello, se realizó un estudio (VetCAb), en el que se abordaron los antibióticos administrados durante el año 2012 en más de 2.000 explotaciones de vacuno, porcino y pollos de engorde (la metodología empleada para este estudio sirvió de base para la elaboración de la Ley del Medicamento de Alemania, que ha entrado en vigor en abril del 2014). Del estudio se arroja que: los Beta-Lactámicos y tetraciclinas son los grupos de antibióticos más empleados y los cerdos son tratados una media de 4,2 días durante cada período de engorde, mientras que los pollos unos 10,1 días.
  4. En cuanto a la transmisión de las resistencias a humanos, en otro estudio realizado el BfR estudió la incidencia de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, donde se concluyó que gran parte de las bacterias pasan a la canal de los animales en el momento del sacrificio y que hay cepas encontradas en seres humanos que no se han detectado en animales.

Si bien la sociedad en general está preocupada y vincula el uso de medicamentos veterinarios con la presencia de resistencias antimicrobianas en seres humanos, esta conexión no está clara.

Metales pesados en despojos de ganado bovino y porcino

El hígado y los riñones de los animales tienen una mayor concentración de metales pesados como el cadmio, el plomo o el mercurio, que la carne. Aunque el consumo de dichas vísceras no es muy frecuente, es importante saber su contenido de metales pesados. Como Alemania sólo disponía de datos sobre la contaminación por metales pesados en los animales sacrificados de mayor edad, el BfR llevó a cabo un estudio piloto en el ganado menor de dos años de edad, los resultados demostraron que:

  1. El contenido medio de plomo, cadmio y mercurio era significativamente mayor en animales mayores de dos años.
  2. En el caso del plomo, el 0,4% de los riñones de los animales más viejos superaban los niveles máximos.
  3. En el caso del cadmio, el 13% de los riñones de vacuno y el 8,9% de los riñones de cerdo superaban los niveles máximos. Sin embargo, en los animales más jóvenes sólo el 0,4% superaban dichos niveles.
  4. Los niveles máximos de mercurio se superaron en el 18% de riñones analizados de vacuno de más edad y en el 41% de los riñones de cerdos, mientras que en los animales más jóvenes sólo un 3% superaba el nivel máximo admisible.
  5. En cuanto al nivel de exposición de la población, un consumo medio de hígado y riñón de animales mayores se traduciría en un nivel de exposición muy bajo, correspondiente a menos de un 1% de la ingesta semanal tolerable, aun asumiendo los niveles máximos de las concentraciones de metales pesados. El consumo medio de riñones con concentraciones máximas de cadmio de animales de más edad se traduciría en una exposición moderada a cadmio.

Acceso al Informe – BfR