Ficha riesgos biologicos

Resumen

Listeria monocytogenes es una bacteria ampliamente distribuida en el medio ambiente, por lo que puede llegar a los animales y las personas por varias vías. La ingesta de alimentos contaminados con esta bacteria puede provocar listeriosis, enfermedad que puede ser grave en personas con el sistema inmunitario débil, mujeres embarazadas, personas mayores y niños de corta edad.

Listeria monocytogenes es una bacteria muy resistente, ya que sobrevive y se multiplica en ambientes poco favorables, como bajas temperaturas de refrigeración y condiciones de acidez, salinidad, y escasez de oxígeno. Además, es capaz de formar biofilms, estructuras de protección difíciles de eliminar. Sin embargo, el tratamiento térmico adecuado de los alimentos elimina la bacteria.

Los alimentos más frecuentemente implicados en toxiinfecciones por Listeria monocytogenes son los alimentos que generalmente se consumen sin tratamiento térmico previo, como embutidos cocidos y curados, salchichas cocidas o fermentadas, patés, mariscos y pescados crudos o ahumados en frío, quesos y otros productos lácteos elaborados con leche cruda, frutas y verduras.

Para prevenir las toxiinfecciones por Listeria se recomiendan unas correctas prácticas de higiene y manipulación a lo largo de la cadena alimentaria. Se considera especialmente importante no romper la cadena de frio en la conservación de alimentos crudos, cocinar completamente los alimentos y evitar contaminaciones cruzadas entre alimentos crudos y cocinados.

1. ¿Qué es?

Listeria pertenece a un grupo de bacterias que comprende 10 especies, de las cuales, la L. monocytogenes es la más virulenta por su gran resistencia en condiciones poco favorables, causando la enfermedad conocida como Listeriosis en personas y animales.

Son bacilos anaerobios facultativos que no forman esporas y son ubicuas, es decir, están ampliamente distribuidas en el medio ambiente (suelo, agua, materia fecal, plantas, forraje y entorno agrícola y ganadero).

Asimismo, se encuentran en el intestino de animales y personas que actúan, en general, como portadores subclínicos de la misma.

También están presentes en el suelo, paredes, techos y equipos de plantas de procesado de alimentos y puede formar estructuras de protección, llamados biofilms, que la protegen frente a desinfectantes y agentes antimicrobianos. Este es el motivo por el que es muy difícil de erradicar en establecimientos de fabricación de productos alimentarios.

La Listeria monocytogenes se multiplica lentamente, pero es muy resistente a ambientes poco favorables. Sobrevive y se multiplica en condiciones de acidez, salinidad, escasez de oxígeno y temperaturas de refrigeración (ver tabla 1). También puede sobrevivir a temperaturas de congelación de −18ºC durante meses en diferentes alimentos.

En los alimentos, L. monocytogenes suele ser eliminada mediante la cocción o la pasteurización. La resistencia al calor aumenta en condiciones favorables de pH, actividad de agua y si ha habido crecimiento a temperatura ambiente antes del tratamiento térmico.

No obstante, la Listeria puede sobrevivir a tratamientos térmicos al límite de la pasteurización, especialmente si la carga bacteriana es elevada, por ejemplo, a 74 ºC durante 1 segundo en leche cruda o patés.

2. Transmisión

La L. monocytogenes se puede transmitir a las personas por varias vías:

Alimento – persona

por consumo de alimentos contaminados con dicha bacteria *.

Persona – persona

de madre embarazada a feto, a través de la placenta.

Animal – persona

por contacto directo de veterinarios y ganaderos con animales enfermos, como, por ejemplo, durante el parto de un animal infectado sin protección, aunque esta vía es poco frecuente.

* Actualmente, la mayoría de los casos de listeriosis humana son de transmisión alimentaria (99%), es decir, de animales a personas a través del consumo de alimentos de origen animal (carne, pescado, leche, etc.) contaminados con patógenos.

 

Las principales causas son la falta de higiene, a la inadecuada manipulación y a la contaminación cruzada a lo largo de la cadena alimentaria, especialmente en el hogar.

3. Efectos en la salud humana

Los principales tipos de listeriosis son la invasiva y la no invasiva:

INVASIVA:

Enfermedad grave, que afecta a grupos de alto riesgo, como las mujeres embarazadas, los lactantes, bebés y niños de corta edad, las personas mayores y los pacientes inmunodeprimidos (enfermos de cáncer, VHS o trasplantes de órganos). Los síntomas son fiebre, dolores musculares, septicemia, meningitis, endocarditis o neumonía.

En el caso de transmisión de la madre al feto, provoca graves lesiones en el feto, abortos o nacimiento de niños con septicemia, aunque la madre no presente signos de la enfermedad.

El periodo de incubación es generalmente de 1 a 2 semanas, aunque puede oscilar entre algunos días y 3 meses. Este largo periodo de incubación hace que la probabilidad de que se desarrolle listeriosis invasiva depende de la susceptibilidad de la persona, la cantidad de carga bacteriana en el alimento consumido y la virulencia de la cepa específica.

NO INVASIVA:

Es una gastroenteritis leve, que afecta a personas sanas. Los síntomas son diarrea, fiebre, dolor de cabeza y dolores musculares. El periodo de in-cubación es de 1 día y los síntomas se remiten en el plazo de 1 a 3 días. Los brotes de esta enfermedad se relacionan generalmente con la ingesta de alimentos que contienen gran cantidad de L. monocytogenes.

INCIDENCIA LISTERIOSIS

DATOS EUROPEOS (EFSA 2017)

Aumento de casos desde 2008 (2.436 casis en 2016). Personas mayores de 65 años mayormente afectadas (62% de los casos totales, con una mortalidad del 19%).

DATOS MUNDIALES (OMS 2018)

Poca prevalencia (0,1-10 casos/1M. personas)

Alta mortalidad (20 – 30%) en personas sensibles

4. Exposición alimentaria

Los alimentos de mayor riesgo de contaminados por L. monocytogenes son:

Alimentos listos para su consumo:

Carne y pescados crudos, curados o ahumados en frío, patés, embutidos cocidos y curados, ensaladas preparadas (producto IV gama).

Leche cruda, quesos blandos y semi-blandos y otros derivados lácteos elaborados con leche cruda sin pasteurizar (cuajadas, helados…)

Frutas y verduras cruda

5. Prevención y control del riesgo

5.1. Cadena Alimentaria

En toda la cadena de producción, distribución y almacenamiento de alimentos, se deben aplicar buenas prácticas higiénicas y de fabricación óptimas, así como un sistema de autocontrol basado en los principios del Análisis de Peligros y Puntos de Control Críticos (APPCC).

Además, los fabricantes que produzcan alimentos asociados al riesgo de contaminación por L. monocytogenes (véase apartado 4) deben:

Realizar un programa intensivo de muestreo para detectar la contaminación Ambiental en las plantas de procesado y evitar su propagación a los alimentos preparados.

Efectuar controles eficaces de tiempo y temperaturas de distribución y almacenamiento para los alimentos preparados, incluyendo la determinación de un tiempo razonable de vida útil de aquellos alimentos de mayor riesgo.

TRATAMIENTOS DE INACTIVACIÓN DE LA BACTERIA

PASTEURIZACIÓN

75ºC durante unos 15 segundos, en alimentos como leche y queso, con la posterior refrigeración.

ESTERILIZACIÓN

120ºC durante 4 minutos en alimentos como la leche, zumos de frutas y concentrados o nata, sin necesidad de refrigeración.

RADIACIÓN IONIZANTE

La dosis de 2kGy es suficiente para destruir la listeria en las concentraciones generalmente encontradas en los alimentos.

5.2. Hogar

Las medidas para prevenir la listeriosis en el hogar son las siguientes:

A. En el caso de los grupos de alto riesgo (pacientes inmunodeprimidos, personas mayores, lactantes, bebés y niños de corta edad y mujeres embarazadas) se les recomienda evitar el consumo de los alimentos susceptibles de ser contaminados por L. monocytogenes (véase apartado 4).

B. Cumplir las 5 claves de la OMS para seguir unas buenas prácticas de higiene y manipulación en la preparación y cocinado de los alimentos.

Usar agua y materias primas seguras.

Lavar bien con agua corriente las frutas y hortalizas que vayan a consumirse crudas.

Mantener los alimentos a temperaturas seguras.

Refrigerar los alimentos a temperaturas inferiores a 5°C para limitar el crecimiento potencial de L. monocytogenes en alimentos susceptibles a la contaminación por dicha bacteria.

Cocinar completamente los alimentos (65ºC) y mantenerlos calientes hasta su consumo.

Tras el consumo de los alimentos, refrigerar los excedentes lo antes posible (<5ºC) y consumirlos en 24 horas recalentándolos.

Mantener la limpieza con la consiguiente desinfección de las superficies, utensilios y tablas para cortar.

Separar alimentos crudos y cocinados para evitar la contaminación cruzada.

C. Además, las autoridades de referencia de Seguridad Alimentaria recomiendan otras pautas a tener en cuenta:

Mantener la cadena de frío durante el transporte, especialmente de los alimentos crudos susceptibles de ser contaminados con Listeria.

Cumplir las indicaciones de tiempo y temperaturas de conservación, así como la fecha de caducidad que figuran en el etiquetado de los alimentos.

No descongelar los alimentos a temperatura ambiente, sino en la parte baja del frigorífico.

6. Límites legales

Los explotadores de empresas alimentarias deben cumplir los criterios microbiológicos establecidos para la Listeria monocytogenes en los alimentos de mayor riesgo de acuerdo al Reglamento (CE) 2073/2005 de 15 de noviembre de 2005 relativo a los criterios microbiológicos aplicables a los productos alimenticios y sus posteriores modificaciones (versión consolidada 01/01/2018), así como las normas de aplicación al aplicar las medidas de higiene generales y específicas contempladas en el Reglamento (CE) no 852/2004 y sus posteriores modificaciones (versión consolidada 20/04/2009).

7. Referencias

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