Giardia lamblia

giardia

Resumen

Giardia lamblia es un parásito intestinal productor de quistes, cuyo principal reservorio son las aguas superficiales contaminadas, que puede infestar tanto a personas como a animales domésticos (perros, gatos, vacas y ovejas). Los quistes pueden sobrevivir en condiciones ambientales extremas, pudiendo persistir durante largos periodos de tiempo en el medio ambiente.

La principal vía de transmisión del parásito es el contacto directo con personas o animales infectados y la ingesta de agua o de frutas y verduras crudas contaminadas con quistes del parásito.

La Giardiasis puede ser asintomática o provocar diarrea aguda o crónica, cursando con dolor abdominal, fatiga y malabsorción de vitaminas y grasas. Los bebés y los menores de corta edad tienen un riesgo elevado de infección.

La distribución de la enfermedad es mundial, aunque la prevalencia es mayor en áreas con condiciones higiénicas deficientes y en guarderías. En Europa, es la enfermedad parasitaria zoonótica más notificada y en los últimos años se ha considerado que es una amenaza para la salud pública, debido a su potencial para causar brotes, incrementado por el cambio climático y la creciente resistencia a los antimicrobianos.

La principal medida de prevención es evitar la contaminación fecal en origen, en el caso de los alimentos vegetales que vayan a consumirse crudos. No obstante, los quistes de G. lamblia se inactivan con la ebullición del agua contaminada, por lo que se recomienda llevar a cabo unas buenas prácticas de higiene y manipulación en la preparación de los alimentos. La cloración rutinaria del agua no puede inactivar los quistes completamente.

1. ¿Qué es?

Giardia lamblia (Giardia intestinalis y Giardia duodenalis son sinónimos) es un parásito protozoo flagelado productor de quistes, capaz de ubicarse en el intestino humano y animal. Los parásitos pueden causar la enfermedad tanto en personas y otros mamíferos como en ratones, perros, gatos, vacas y ovejas. En el medio ambiente, los principales reservorios del parásito son las aguas superficiales contaminadas.

Los quistes son inmediatamente infectivos tras ser excretados en heces y la dosis infectiva es baja (10 quistes). Además, las personas infectadas pueden liberar más de 100 quistes en heces al día y durante meses, persistiendo largos periodos de tiempo en el medio ambiente. El hecho de que haya pacientes crónicos y portadores asintomáticos en la población, junto con la resistencia de los quistes a condiciones ambientales extremas (90 días a 4ºC y 66 días a temperaturas entre 12-22ºC) hace que este patógeno persista y tenga una amplia difusión en el medio.

Los brotes de G. lamblia son causados en su mayoría por consumo de agua contaminada con sus quistes (agua de bebida y agua recreativa como piscinas, lagos o ríos), frutas y/o hortalizas regadas con agua contaminada o contaminadas con heces de animales infectados.

En la mayor parte de los brotes epidémicos asociados al agua, la principal causa ha sido el empleo de agua superficial no tratada o de agua de pozos poco profundos. Las concentraciones de cloro usadas en el tratamiento rutinario del agua no eliminan los quistes de Giardia lamblia.

2. Transmisión

El parásito G. lamblia se puede transmitir a las personas por varias vías:

 

Alimento/Agua – Persona

por consumo de alimentos o agua  con quistes de G. lamblia

 

Animal/Persona – Persona

por vía fecal-oral1

1 Además de la transmisión a través del consumo de alimentos y/o agua contaminada con quistes de G. lamblia, es representativo el riesgo de infección en personas que no tienen conductas higiénicas adecuadas (ej. lavado de manos) tras contacto directo con las heces de animales o personas infectadas o indirecto al tocar superficies u objetos contaminados con las heces.

3. Efectos en la salud humana

La enfermedad gastrointestinal causada por Giardia lamblia se denomina Giardiasis. La distribución de la enfermedad es mundial causando 8×108 casos al año, aunque la prevalencia es mayor en áreas con condiciones higiénicas deficientes y en guarderías variando desde un 1% a un 30% según la comunidad y el grupo de edad estudiado. En Europa, es la enfermedad parasitaria transmitida por los alimentos y el agua más notificada.

Toxicidad

La infección producida por G. lamblia puede ser asintomática, producir una diarrea aguda autolimitada o producir un síndrome crónico de diarrea.

La giardiasis sintomática comienza en 1-2 semanas tras la exposición y se caracteriza por dolor abdominal tipo cólico, diarrea y flatulencia de aparición aguda, distensión del abdomen superior, náuseas y anorexia. Un rasgo característico de la giardiasis es la duración prolongada de la diarrea, que puede causar malabsorción de nutrientes y una pérdida importante de peso. En un 20-40% de los casos se observa intolerancia a la lactosa, que puede persistir varias semanas tras el tratamiento. No suele haber afectación extraintestinal, pero puede producirse urticaria, artritis reactiva, infección gástrica (presentación casi exclusiva en personas con aclorhidria) y, en las giardiasis graves, también daño de las células mucosas del intestino delgado.

En personas sanas, hay una tasa alta de portadores asintomáticos (50%) y en aquellos que tienen síntomas, pueden durar de 2 a 6 semanas, aunque el tratamiento puede acortar la duración de los síntomas.

Grupos de riesgo

Menores de 5 años

La población infantil, sobre todo bebés y menores de corta edad, tienen un riesgo especialmente elevado de infección, además de las mujeres embarazadas.

En España (AESAN, 2015), los menores de 5 años de edad son el grupo de edad más afectado, siendo su prevalencia entre 4-5%. Además, han ocurrido varios brotes registrados de giardiasis en escuelas y centros educativos, principalmente por transmisión directa persona-persona, aunque también por el consumo de agua contaminada.

INCIDENCIA DE LA GIARDIASIS EN EUROPA

Atlas ECDC 2021

Prevalencia:

  • EU/EEA: 21051 casos (2.3 casos /100.000 hab)
  • España: 795 casos (4ª posición)

EFSA-Foodborne Outbreaks 2020

  • 2 brotes alimentarios asociado al consumo de agua contaminada, notificados por Alemania e Irlanda (en 2019 y 2018, 14 y 19 brotes respetivamente).

4. Exposición alimentaria

Los alimentos con mayor riesgo de infestación con quistes de G.lamblia son el agua y/o los alimentos de origen vegetal regados con dicha agua contaminada o contaminados con heces de animales infectados:

Agua de consumo 

grifo, manantial, pozo

Moras

Frutas y bayas silvestres

Hortalizas de hoja

LataMariscos bivalvos 

Minoritariamente. Sobre todo moluscos cultivados en zonas contaminadas por efluentes de granjas. (ANSES, 2011; FAO, 2014)

5. Evaluación del Riesgo

La ECDC, en su último informe epidemiológico anual (ECDC,2022), establece que es probable que los casos notificados sean infradeclarados e infravalorados por varias lagunas científicas:

  • Se necesitan más estudios para comprender la epidemiología y los determinantes de la giardiasis y sus consecuencias a largo plazo.
  • Los parásitos tienen ciclos vitales complejos, a menudo con largos periodos de incubación y manifestaciones asintomáticas o subclínicas, lo que dificulta el diagnóstico clínico.
  • Todas las muestras de heces humanas de pruebas diagnósticas deben someterse a un cribado microscópico para detectar quistes de lamblia, a fin de poder notificar correctamente los casos adquiridos localmente.
  • Los avances en la caracterización molecular de la giardiasis permitirían una subtipificación de los aislados con grandes diferencias genéticas, especialmente durante los brotes, ya que actualmente solo hay un método estándar validado (ISO 18774) para la detección de Cryptosporidium y Giardia en vegetales de hojas verdes por microscopía de inmunofluorescencia, pero no es adecuado para determinar especies o genotipos.

Actualmente se considera que la giardiasis es una amenaza para la salud pública debido a la creciente resistencia a los antimicrobianos y a su potencial para causar brotes y aumentar su propagación debido al cambio climático.

6. Prevención y control del riesgo

La principal medida de prevención y control del parásito es evitar la contaminación en origen, en el caso del agua y los alimentos vegetales crudos que no tienen tratamiento posterior a la hora de su ingesta.

6.1. Cadena Alimentaria

En la producción primaria y en la transformación de los alimentos, las medidas más eficaces para controlar dicha contaminación en los productos frescos es la aplicación de buenas prácticas agrícolas (BPAs) durante la producción primaria, Buenas Prácticas de Fabricación (BPFs) durante el procesado y Buenas Prácticas Higiénicas (BPHs), así como los sistemas de autocontrol basados en el Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (APPCC).

Las BPAs incluyen el uso de agua no fecal para el riego, la aplicación de fertilizantes y plaguicidas, así como la prevención de que los animales domésticos no pasten o contaminen las áreas hortícolas y los animales silvestres no tengan acceso a estas áreas de cultivo. Los tratamientos previos de las aguas residuales antes del uso para el riego pueden reducir la cantidad de quistes de G. lamblia, pero no eliminarlos por completo.

TRATAMIENTOS DE INACTIVACIÓN

Los principales tratamientos para inactivar los quistes de G.lamblia en el agua contaminada son el tratamiento térmico, congelación o tratamiento químico del agua:

TRATAMIENTO TÉRMICO

Ebullición (100ºC) durante 1 minuto

CONGELACIÓN

-4ºC durante 1 semana

CLORACIÓN

150 veces superior al tratamiento normal de cloración. (AESAN, 2015)

TRATAMIENTOS QUÍMICOS

cloro, ozono o dióxido de cloro (ANSES, 2011)

CT* concentración del desinfectante multiplicado por el tiempo del tratamiento que depende de la calidad del agua.

6.2. Hogar

Debido a que muchos casos de giardiasis ocurren por consumo de agua o alimentos crudos contaminados en origen, el CDC recomienda una serie de buenas prácticas para eliminar la posible contaminación con quistes de G.lamblia:

  • Evitar el contacto con las heces de los animales domésticos o de granja, y lavarse las manos lo antes posible después de tocar animales o cualquier material o superficie de la zona donde conviven.
  • Beber agua embotellada si el agua de bebida (grifo, manantial o pozo) no tiene garantías sanitarias.
  • Si existe la necesidad de beber agua de manantial o pozo (por ejemplo, en el monte), hervir el agua durante más de 1 minuto.
  • No consumir frutas ni verduras lavadas con agua que pudiera estar contaminada.
  • Evitar comer frutas y verduras crudas o agua/hielos en países donde el suministro de alimentos pueda ser inseguro.

Adicionalmente, se recomienda seguir unas buenas prácticas de higiene y manipulación en la preparación y cocinado de los alimentos.

Las 5 claves de la OMS para seguir unas buenas prácticas de higiene y manipulación en la preparación y cocinado de los alimentos:

Usar agua y materias primas seguras.

Lavar bien con agua corriente las frutas y hortalizas que vayan a consumirse crudas.

Mantener los alimentos a temperaturas seguras.

Refrigerar los alimentos a temperaturas inferiores a 5°C para limitar el crecimiento potencial.

Mantener la limpieza con la consiguiente desinfección de las superficies, utensilios y tablas para cortar.

Contaminación cruzadaSeparar alimentos crudos y cocinados para evitar la contaminación cruzada.

cocinar competamenteCocinar completamente los alimentos (65ºC) y mantenerlos calientes hasta su consumo.

Tras el consumo de los alimentos, refrigerar los excedentes lo antes posible (<5ºC) y consumirlos en 24 horas, previamente recalentados.

Las autoridades de referencia de Seguridad Alimentaria recomiendan otras pautas a tener en cuenta:

Comprar los mariscos en establecimientos autorizados para ello y evitar comer ostras u otros mariscos crudos.

frio transporte

Mantener la cadena de frío durante el transporte, especialmente de los alimentos crudos susceptibles de ser contaminados con virus.

Cumplir las indicaciones de tiempo y temperaturas de conservación, así como la fecha de caducidad que figuran en el etiquetado de los alimentos.

No descongelar los alimentos a temperatura ambiente, sino en la parte baja del frigorífico.

7. Límites legales

No existen límites microbiológicos específicos establecidos para garantizar la seguridad en los alimentos susceptibles de ser contaminados con G lamblia.

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