Con el objetivo de mejorar la utilidad de las evaluaciones de riesgo, un grupo multidisciplinar integrado por miembros de diversos Comités Científicos de la Comisión Europea ha revisado las prácticas actuales de evaluación de riesgos y las necesidades de los gestores de riesgos, con el fin de identificar los diferentes enfoques de evaluación que puedan aportar resultados basados en la mejor ciencia posible, pero que a la vez sean de carácter coherente, transparente y fácil de interpretar y comunicar.

El motivo de esta revisión ha sido la percepción de que las evaluaciones de riesgo no responden a las necesidades de los gestores y de los responsables políticos, llegando a la conclusión que las evaluaciones deben informar con eficacia del proceso de gestión, además de incluir valoraciones económicos, sociales y medioambientales.

Para ello, el dialogo transparente se ha identificado como la clave principal, debiéndose incluir, además del dialogo entre evaluadores y gestores del riesgo, entre todas las partes interesadas. Esto será especialmente importante cuando las cuestiones sean complejas y los resultados tiendan a ser de gran importancia socio-económica. Igualmente, para facilitar la comunicación, el riesgo deberá ser expresado en términos que resulte sencillo de entender por parte de los gestores, al tiempo que se garantice la integridad científica de la evaluación de riesgo.

Este Grupo también ha hecho recomendaciones para la mejora de los informes de evaluación de riesgos, como que éstos recojan diferentes escenarios de evaluación, la caracterización completa de la totalidad de las poblaciones y de los ecosistemas en riesgo (con especial atención a las subpoblaciones y especies particularmente sensibles), y que incluya la expresión de todas las incertidumbres.

Este Grupo de trabajo sugiere los siguientes pasos a seguir:

  1. Invitar a los Comités SANCO a considerar esta nueva forma de caracterización de los riesgos, que expresa de manera más explícita los impactos en la salud humana y en los ecosistemas.
  2. Organizar una reunión con los gestores de riesgos para identificar, sobre la base de este trabajo, cambios en la gestión de riesgos.
  3. Realizar un taller para discutir las implicaciones de los cambios propuestos en los procedimientos de evaluación de riesgos.

Nuevos retos en Evaluación de Riesgos – CE