“En los países en los que se ha reducido el consumo de antibióticos, tanto en animales como en seres humanos, se ha observado una menor incidencia de bacterias resistentes a los antibióticos”

Este es una de las conclusiones del cuarto informe conjunto sobre el análisis integrado del consumo de agentes antimicrobianos y la aparición de resistencia a los antimicrobianos en bacterias procedentes de seres humanos y animales destinados a la producción de alimentos (JIACRA IV).

El informe es publicado anualmente por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), viene a confirmar los beneficios relacionados con el enfoque «Una sola salud» (OneHealth) que salvaguarda tanto la salud animal como la salud pública mundial.

Este hecho supone que las políticas europeas están dando sus frutos en la lucha contra las resistencias antimicrobianas, una amenaza grave para la salud pública y animal:

Se estima que, cada año, esta resistencia provoca la muerte de más de 35.000 personas en la Unión Europea y supone una carga adicional para los sistemas sanitarios europeos, con un coste aproximado de 11.700 millones de euros al año

El consumo de antibióticos en términos de biomasa ascendió en 2021 a 125,0 mg de antibiótico por kg de biomasa para humanos (rango 44,3-160,1) y 92,6 mg/kg de biomasa para animales productores de alimentos (rango 2,5 -296,5). Esto supone que el consumo de antibióticos con respecto al 2014 disminuyó un 44%, mientras que en humanos se mantuvo relativamente estable.

Esta reducción ha supuesto lo siguiente:

Las bacterias de E. coli, tanto en animales como en humanos, son cada vez menos resistentes a los antibióticos a medida que se reduce el consumo global de antibióticos, llegando incluso a presentar “sensibilidad total” o “0 resistencias” en E. coli procedente de animales de consumo y E. coli procedente de infecciones invasivas en humanos.

La correlación existente entre la disminución de consumo veterinario de antibióticos y la disminución de las resistencias en humanos, es más evidente en el caso de algunas bacterias como Campylobacter spp. Esto se debe a que las infecciones por Campylobacter en humanos se transmiten principalmente por los alimentos y, por lo tanto, las bacterias que causan infecciones humanas se originan en animales productores de alimentos y pueden portar rasgos de resistencia adquiridos en animales productores de alimentos.

Conclusión

Esto demuestra que la preocupante tendencia al alza de las resistencias a los antibióticos puede invertirse con las acciones y políticas adecuadas.