La Oficina Alimentaria y Veterinaria (FVO en sus siglas inglesas) realizó una auditoria en España del 9 al 19 de abril de 2013 con el objetivo de evaluar la actuación de las autoridades competentes por lo que respecta a los controles oficiales y la garantía del cumplimiento de la normativa en materia de sacrificio de equinos y ovinos y transformación de carne fresca.

Esta auditoría suponía la continuación de la auditoría llevada a cabo en mayo de 2011, en la que se detectaron graves deficiencias en la realización de los controles oficiales en el sector evaluado.

Derivada de la primera visita de la FVO, las autoridades competentes reaccionaron con un plan de acción, cuya parte principal era el Plan Estratégico de Mataderos de Pequeños Rumiantes y Equinos, que constituía una medida urgente para subsanar los casos de incumplimiento.

En el marco de ese plan, las autoridades competentes evaluaron 457 mataderos. En mayo de 2013, se había retirado la autorización a 31 líneas de sacrificio y 9 seguían suspendidas.

Durante la segunda visita, y tras el análisis documental, la FVO consideró satisfactorias las medidas adoptadas por las autoridades competentes españolas. Con el fin de evaluar la eficacia de esta acción sobre el terreno, la FVO visitó seis mataderos y plantas de despiece de pequeños rumiantes y equinos y una explotación de engorde de caballos en tres Comunidades Autónomas.

El equipo de la FVO comprobó que las Comunidades Autónomas visitadas habían aplicado el Plan Estratégico y el planteamiento estaba bien coordinado. Sin embargo, y según la FVO, las Comunidades Autónomas afectadas no han identificado todas las deficiencias pertinentes y el seguimiento no ha sido siempre el adecuado. En la mayoría de los casos, los informes no reflejaban la situación real en los establecimientos.

A continuación se mencionan las principales observaciones de la FVO:

  • En cuatro de los seis mataderos visitados, se detectaron deficiencias significativas en relación con el mantenimiento, la distribución, la autorización y la comprensión por parte de los Explotadores de Empresas Alimentarias (EEA) de sus obligaciones legales.
  • Las deficiencias se consideraron graves en dos de ellos y la información procedente de los EEA no era clara ni creíble. En uno de estos establecimientos se llevaban a cabo supuestas actividades ilegales en condiciones de higiene inaceptables. La supervisión oficial no era satisfactoria.
  • Se observaron deficiencias en relación con los procedimientos de autorización de los establecimientos. Tres de los seis establecimientos no cumplían las condiciones de autorización. La documentación de autorización indicaba las actividades para las que estaban autorizados los establecimientos, pero no hacía referencia a sus locales, su territorio ni su perímetro, lo que causaba una gran confusión sobre la delimitación de las responsabilidades de los EEA y los veterinarios oficiales.
  • No se han detectado deficiencias en relación con la identificación de los caballos.
  • Se observaron deficiencias en el registro de los tratamientos veterinarios en una explotación de engorde de caballos visitada.
  • Salvo un incidente, en general se respetan las normas sobre bienestar animal.

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