Una investigación recientemente publicada concluye que la juventud subestima las enfermedades transmitidas por alimentos y evidencia la necesidad de mejorar los recursos educativos y los planes de estudios incorporando la higiene de los alimentos.

La investigación

El estudio fue realizado en el marco del proyecto europeo SafeConsume, financiado por Horizon 2020, cuyo objetivo es cambiar el comportamiento de las personas consumidoras para reducir la exposición a los peligros alimentarios y disminuir así la carga de salud de las enfermedades transmitidas por alimentos.

 

La investigación recientemente concluida fue realizada en 4 países europeos (Portugal, Francia, Inglaterra y Hungría), entrevistando a 156 jóvenes de 11 a 18 años. Además de indagar sobre su educación en higiene alimentaria, también se preguntaba sobre las actitudes hacia las enfermedades transmitidas por alimentos y sobre su comportamiento relacionado con la seguridad alimentaria.

Principales conclusiones

La principal conclusión obtenida es que la juventud europea no tiene claros los riegos, las causas o las consecuencias de las enfermedades transmitidas por alimentos.

 

Las personas entrevistadas mostraron, en general, buenos conocimientos sobre las normas de higiene personal y tenían buenos hábitos higiénicos, como lavarse las manos antes de manipular alimentos. Sin embargo, la mayoría de jóvenes que habían sufrido enfermedades alimentarias lo asociaban al consumo de alimentos fuera de los hogares, denotando la falsa percepción de que los alimentos cocinados en el hogar son más seguros.

 

En todos los países, el entorno familiar tuvo la mayor influencia en las habilidades, el conocimiento y el comportamiento de la juventud y fue un factor importante en el cumplimiento de las prácticas de higiene. Esto sugiere que los malos comportamientos de higiene pueden perpetuarse debido a la transferencia generacional de habilidades.

Recomendaciones

La investigación tuvo como objetivo hacer recomendaciones para ayudar al desarrollo de recursos educativos para abordar los problemas existentes relacionados con la higiene de los alimentos.

 

Los resultados evidencian la brecha entre la educación y las situaciones domésticas y sociales, lo que debería mejorarse para impulsar el desarrollo práctico de mejores comportamientos de seguridad alimentaria. En este contexto, los investigadores sugieren la integración de la higiene alimentaria en los planes de estudios de los diferentes países.

 

Por otro lado, el estudio comprueba que la juventud accede a la información sobre alimentación y gastronomía principalmente a través de recursos on-line y que sería necesario desarrollar recursos educativos atractivos para este colectivo.