Un informe publicado recientemente por el Ministerio de Agricultura de Nueva Zelanda demuestra que el esfuerzo que están realizando los fabricantes de patatas fritas para reducir acrilamida en sus productos está dando sus frutos.

La última vigilancia llevado a cabo por el Instituto de Ciencias Ambientales e Investigación (ESR) en el año 2011 analiza de los niveles de acrilamida en productos a base de patata (patatas fritas “de paquete”, “tipo chips”, asadas, etc.), productos a base de cereales (pan fresco y tostado, cereales de desayuno, galletas, magdalenas, arroz, fideos, snacks, etc.) y productos derivados, como la mantequilla de cacahuete o de castañas, procedentes del mercado neozelandés.

De los resultados se desprende que las concentraciones de acrilamida han disminuido en las patatas fritas “de paquete” del orden de un tercio (de 1.570 μg/kg a 581 μg/kg), desde el año 2006, mientras que las concentraciones en los aperitivos de maíz aumentaron más del doble (de 270 μg/kg a 596 μg/kg). Tanto las patatas asadas, como las fritas “tipo chips” y los productos a base de cereales mantienen sus niveles de acrilamida desde el año 2006.

La estimación media de la exposición a acrilamida en la dieta resultó de 0,72 a 1,04 mg/kg de peso corporal/día para los adultos, valores muy similares a los encontrados en años precedentes.

Acrilamida en Nueva Zelanda