La ACSA ha publicado un artículo sobre las cianobacterias y las toxinas que generan, basándose en la evaluación de ANSES del riesgo asociado a la presencia de cianobacterias y sus toxinas en aguas potables, aguas recreativas y aguas destinados a actividades de pesca profesional y de ocio.

Cianobacterias y cianotoxinas

Las cianobacterias son un tipo de microorganismos que crecen en ambientes terrestres y acuáticos, tanto en agua dulce como en salada. Cuando hace mucho sol y la temperatura del agua es superior a los 20 °C, pueden aumentar de manera masiva en pocos días y se produce una floración, lo que provoca la formación de toxinas perjudiciales para las personas y los animales llamadas cianotoxinas.

Exposición humana

ANSES ha realizado una caracterización del riesgo al que podría estar sometida la población europea por el consumo de estas toxinas, centrando en una sola variante de microcistina.

La probabilidad de exponerse a la toxina es más evidente en personas consumidoras habituales de pescado y marisco, así como de suplementos de algas verdes contaminadas con microcistinas. En el caso de otros productos alimentarios (cultivos, caza, carne, huevos o productos lácteos) y de otras cianotoxinas aparte de las microcistinas, los datos han resultado insuficientes para llegar a alguna conclusión.

Síntomas

Las cianotoxinas pueden provocar malestar estomacal, vómito y diarrea, así como daño hepático y renal en las personas que han consumido agua o alimentos contaminados con cianotoxinas.

La población más susceptible son los recién nacidos, la población infantil menor de seis años, las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, las personas con enfermedades hepáticas, las personas que reciben tratamiento de diálisis y las personas mayores.

Gestión del riesgo

El tratamiento convencional del agua potable permite eliminar las cianobacterias y los niveles bajos de toxinas.

No obstante, si se produce un episodio de floración grave, los tratamientos habituales pueden no ser suficientes. Por este motivo, muchos sistemas de agua potable están adoptando medidas adicionales para tratar la presencia de cianotoxinas.