La FSA-Escocia ha publicado dos estudios sobre la exposición de la población británica a plomo por consumo de carne de caza. Por una parte, ha investigado los hábitos y comportamientos de los consumidores extremos durante la preparación, cocinado y consumo de este tipo de carne. Por otra parte, el COT ha evaluado el riesgo de plomo para la población británica en base a los resultados del primer estudio.

El primer estudio comprendía entrevistas cualitativas (con expertos en el ámbito de la caza y en su posterior preparación culinaria) y cuantitativas dirigidas a 200 consumidores extremos de este tipo de carne de caza. Los resultados muestran que:

  • El 51% de los encuestados comen carne de caza una vez por semana durante la temporada de caza y el 21% fuera de la temporada de caza.
  • Un 85% consideran que dicha carne es adecuada y segura para toda la familia, incluyendo niños y personas mayores. No obstante, de forma general, se hace un esfuerzo en eliminar las partículas visibles de plomo de la carne antes de prepararla o cocinarla, aunque la mayoría manifiestan haber encontrado partículas muy ocasionalmente (28-30%), rara vez (33-35%) o nunca (14-22%).

Posteriormente, los datos de este estudio han sido utilizados para evaluar si los niveles de consumo de plomo a través de carne de caza abatida con munición de plomo suponen un riesgo para la salud humana. Las conclusiones de la Evaluación del Riego son las siguientes:

  • Los niveles de plomo presentes en animales de caza son mayores en piezas de caza menor (aves) que de caza mayor (venado).
  • Para consumidores extremos de este tipo de carne, la exposición a plomo es mayor. En el caso de consumo de dos porciones de venado por semana durante todo el año, la exposición es doble. Asimismo, si durante todas las semanas del año se consumen dos comidas de aves de caza, la exposición puede aumentar hasta 8 veces para un adulto y 5 veces para un niño.
  • En el caso de consumidores ocasionales, el riesgo para la salud humana es muy bajo, mientras que para los consumidores habituales y extremos, hay un riesgo de sufrir daños renales o cardiovasculares.
  • Para bebés, niños y embarazadas, el riesgo para su salud es mayor debido a la neurotoxicidad del plomo en el sistema nervioso en desarrollo.

Estudio hábitos consumidores extremos

Evaluación del Riesgo